Se mantienen orgullosas bien firmes, a la expectativa del estallido de locura que provoca una mirada cómplice incomprendida y a la vez odiada. De repente empiezan a escupirme memorias distorsionadas de un tiempo muerto pasado. Yo, sigo observando la escena cada vez más desquiciado. Bebo de mi propia impaciencia y termino por saciar mi incomprensión. Sigo observando. Hasta el tiempo ha dejado de avanzar para observarme. Humillado, desde mis adentros me jacto de mi estampa - qué hipocresía -. Y ahora todo ha cambiado y yo estoy en el punto de mira. ¡Iros al cuerno y dejadme en paz!, ¿desde que posición os atrevéis a juzgarme?
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La noche se ha puesto, y ahora duerme al lado mío. Parece que en un principio no tenía sueño y su lucero brillaba con vida impropia allá en lo alto. Desde su sabiduría, intentó resolver todo aquello olvidando; terminó por cubrirse con su manto y esa fue para mi su señal. Ahora estamos los dos muertos.
4 comentarios:
Se trata de unos textos que tenía por ahí perdidos y que los encontré ayer; el título deja bien claro el contexto, y aunque no ha pasado tanto tiempo, siento que ahora, el blog, debe ir por otros derroteros. Por lo menos, así me apetece que sea.
Pese a todo, espero que os gusten; ahí va el primero!
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me mola, ya lo sabes.
Queda poco para que me dibujen en la piel jejjee, hasta ahora
la imagen de la noche durmiendo a tu lado me parece de una gran belleza
y aunque no forme parte de tu presente, sí forma parte de ti,
y eso es lo que cuenta
un besazo
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